La destrucción de la capa de ozono se origina, entre las causas, por las
deforestaciones y el constante bombardeo de la atmósfera con los llamados
gases invernadero, producido por los diversos contaminantes liberados desde
la tierra.
Estos gases, emitidos por las centrales eléctricas que utilizan carbono y
petróleo (dióxido de azufre y oxido de nitrógeno). Así como el empleo de
contaminantes como los clorofluorcarbonos CFC que usan las industrias de
aerosol, de la refrigeración, espuma plástica, solventes y propulsores,
actúan como gases de invernadero sobre el planeta, que permiten la entrada
pero no la salida de la radiación solar, aumentando así la temperatura de
la tierra.
Las investigaciones científicas señalan que para fines del próximo siglo,
la destrucción del ozono estará por el orden de 3 a 10 % por el uso de
aerosoles.
Respecto a la destrucción de la capa de ozono, se trata del único problema
ambiental que ha encontrado una acción global unánime de todos los países
del mundo, incluyendo Venezuela. Para contrarrestarlo se ha limitado
sistemáticamente la producción de gases CFC y halones en los próximos años.
Los científicos creen que de eliminarse por completo la producción de
sustancias que destruyen a la capa de ozono, el hueco detectado en la
Antártida podría existir hasta el año 2.100.
Podemos ver entonces la ironía de esta crisis relacionada con el ozono;
allá arriba (estratosfera) donde lo necesitamos, lo estamos destruyendo y
aquí abajo (troposfera) donde es venenoso lo estamos fabricando.
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